jueves, 5 de enero de 2012

Demanda judicial basada en los 134 mil millones de dolares en BONOS atrapados en la frontera italiana

Entrevista emitida en 2009 en la cadena de TV americana FOX en la que se habla de los multimillonarios bonos apresados por la policía italiana en la frontera de Italia en 2009 que fueron la base para la posterior demanda judicial interpuesta en Nueva York



La extraña demanda del trillón de dólares, por Dan McCue.
Un expatriado estadounidense en Bulgaria ha demandado a las Naciones Unidas, el Foro Económico Mundial, la Oficina Internacional de Control del Tesoro y el gobierno italiano por conspirar junto a otros para robar más de $ 1.1 trillón de dólares en instrumentos financieros destinados a ayuda con fines humanitarios.

La demanda federal de 111 páginas incluye una serie de entidades comunes a los teóricos de la conspiración, incluyendo los Illuminati del Vaticano, los Masones, la “Comisión Trilateral del Oro”, y la Reserva Federal de los EE.UU.

El demandante Neil Keenan asegura que esta acción le fue encomendada en 2009 junto con los instrumentos financieros – que incluían billetes de la Reserva Federal de EE.UU. por valor de 124,5 billones de dólares, dos bonos del Gobierno japonés, con un valor nominal combinado de $19 billones, y bonos “Kennedy” de los EE.UU. con un valor nominal de $1 billón – por una entidad llamada la Familia del Dragón, que es un grupo secreto de varias familias ricas asiáticas.
“La Familia del Dragón se ha abstenido de ser vista y conocida públicamente pero, según la información y la creencia, actúa para el beneficio del mundo en constante coordinación con los niveles más altos de los organismos financieros mundiales, en particular, la Reserva Federal ”, afirma Keenan.

“Durante el curso de su existencia durante el siglo pasado, la familia del dragón ha acumulado una gran fortuna, habiendo proporcionado al Banco de la Reserva Federal y al Gobierno de los Estados Unidos asignaciones de activos en oro y plata a través de ciertas cuentas en Suiza, para las que han recibido una gran variedad de pagarés, bonos y certificados, tales como las descritas anteriormente … y que son una obligación de la Reserva Federal”, prosigue.

Keenan dice que, con los intereses acumulados, estos instrumentos tienen ahora un valor de más de un trillón de dólares. Afirma que la familia lo designó como su representante, en un esfuerzo para seleccionar ciertos Programas de Inversión de Colocación Privada (PPPs) para el beneficio de esfuerzos humanitarios globales no especificados. En su denuncia, Keenan asegura que la Familia del Dragón entregó hace muchos años grandes cantidades de dinero al gobierno de los EE.UU. – en oro y otros metales preciosos – y que este dinero fue colocado en el Sistema de la Reserva Federal para el beneficio y apoyo de fondo del dólar, “el cual se convertiría, y en la actualidad lo sigue siendo, en la moneda de reserva global”.

Keenan afirma la conspiración comenzó con la detención ilegal de dos ciudadanos japoneses, Akihiko Yamaguchi y Watanabe Mitsuyoshi, y la incautación de 134,5 billones de dólares en bonos que tenían en Italia, en junio de 2009. Se puede describir a Yamaguchi como el predecesor de Keenan, el cual trató de de asentar los instrumentos del Dragón en PPPs legítimos, y así avanzar en los objetivos humanitarios del grupo, según la denuncia.

Keenan dice que llegó a conocer tanto a Yamaguchi como a la Familia del Dragón a través de los esfuerzos de un hombre japonés del grupo, y que él les presentó a un banco en Chipre con el que podían hacer negocios. En agradecimiento, Yamaguchi buscó y obtuvo la autorización para ejecutar un poder especial, por el cual Keenan también podía actuar en nombre de la Familia del Dragón para intentar colocar sus activos en PPPs. Fue entonces, dice, cuando tomó posesión de los instrumentos que son el corazón de la demanda. Por su ayuda, dice Keenan, iba a recibir una parte del beneficio que asciende a un 30 por ciento de un determinado PPPs.
Un mes después de que los dos japoneses fueron detenidos, un hombre llamado Leo Zagami, – que se describe a sí mismo como un Masón de grado 33, quien, a partir de abril de 2008, había reivindicado ser el líder de una facción disidente de los Caballeros Templarios y masón de alto nivel en torno a la élite de la Logia masónica P2 de Montecarlo – entró en escena, según la denuncia. Zagami afirma que es un representante de los Illuminati del Vaticano y de otras sociedades europeas y que “había estado intentando contactar con ciertas sociedades secretas asiáticas”, dice la denuncia. Durante una reunión en Japón, dice, le comentó a un contacto que Yamaguchi y Watanabehabía habían sido “levantados” y que tenía información privilegiada sobre los instrumentos incautados.

Posteriormente, según la denuncia, le presentó a su contacto en Japón al demandado Daniele Dal Bosco, un banquero del Vaticano y colaborador de la Logia Masónica P2, el cual “sería capaz” de cobrar los fondos de los bonos incautados por la Policía de Hacienda italiana.

La demanda alega una historia complicada, con muchas partes móviles y decenas de personajes tanto internacionalmente conocidos como desconocidos.

Keenan afirma que, en poco tiempo, él y Dal Bosco estaban en contacto diario a través de Skype y concertaron una cita en Italia. Durante estas conversaciones, Dal Bosco habló no solo como asesor financiero de Zagami, sino también del Vaticano, de la Ciudad del Vaticano, de Roma, y como tesorero de la logia masónica P2. Como resultado de todo ésto, dijo Keenan que, aunque intentó mantener la posesión personal de los instrumentos financieros que se le confiaron, no obstante llegó a confiar en Dal Bosco, y le entregó los bonos para su “seguridad y custodia temporal”.

Dal Bosco se fugó con los bonos y solicitó asistencia para la venta de los instrumentos en el mercado global a través del sigilo, la conversión y el soborno, afirma Keenan.
Afirma que a medida que la conspiración se continuó desarrollando, varios funcionarios de alto nivel en repetidas ocasiones le ofrecieron un soborno de 100 millones de dólares para que “liberara” los instrumentos sin dar a conocer su robo a la Familia del Dragón, y así permitir que los instrumentos se convirtieran en el llamado “Programa de Soberanía” de las Naciones Unidas, bajo el amparo, la protección y el paraguas de inmunidad soberana que disfrutaban los acusados.

Otros acusados ​​incluyen al Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-Moon, el ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, Bruno Giancarlo, identificado como la cabeza de la industria bancaria para el Foro Económico Mundial, el embajador Italiano de la ONU, Cesare Maria Ragaflini, Ray C. Presa, presidente de la Oficina de Asuntos Internacionales de Control del Tesoro y David A. Sale, el jefe adjunto del consejo de gabinete de la OITC.

Keenan pide el retorno de los instrumentos robados, daños y perjuicios y costos judiciales en múltiples reclamos de fraude, incumplimiento de contrato y violación del derecho internacional. Está representado por William H. Mulligan, Jr., con Bleakley, Platt & Schmidt, de White Plains, NY.

Fuente en español: Despierta al futuro: La extraña Demanda del Trillón de dólares

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